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miércoles, 10 de julio de 2013

Afróntalo, sonríe, no digas que no.

En nuestro mundo estamos rodeados de injusticias  personas sin delicadeza alguna al decirte las cosas, personas que te desprecian sin motivo alguno, intentas hacer algo y ellos te derrumban, pero ¿Sabéis qué? Yo, muchas veces, me he sentido sola, sin apoyo alguno, sin nadie que consiguiera alegrarme el día tan nefasto que estaba pasando. Me pasaba eso, sólo porque me importaba lo que dijeran los demás, porque era tan estúpida de inquietarme y ponerme nerviosa por si la otra gente me juzgaba por lo que hacía. No aprovechaba el momento, intentaba que cada momento que pasaba no lo estropeara con cualquier cosa que dijera o hiciera. Hasta que me cansé. Me cansé de TODO. De lo que opina la gente, de lo que piensa, definitivamente me cansé de todo, así que decidí cambiar.
Nunca se puede gustar a todo el mundo, ¿no? Así que empecé a hacerme a la idea que siempre habrá gente que opine en contra tuyo, personas a las que no les caerás bien, pero ¿qué importa eso si también tienes el apoyo de la gente que te quiere? Puede que tengas solo una persona a la que le importes, o mil. No importa, mientras tengas alguien, debes tener la fuerza suficiente pero si no la tienes, tendrás la de esa persona, que te apoya. 
Nuestra sociedad es una sociedad materialista, egoísta, en la que las personas sólo se mueven por sus propios intereses sin pensar en los demás. Aunque no toda la gente es así, también hay personas buenas, consideradas y que piensan en los otros, pero lo difícil es encontrarlas. Así que yo os doy el consejo que si tenéis una persona a vuestro lado que os apoya, haced todo lo posible para mantenerla con vosotros, no la dejéis ir, porque si no al final os arrepentiréis. Os arrepentiréis porque esa persona es la que nos ayuda caída tras caída, nos ayuda a afrontar los problemas. Está con nosotros cuando lloramos, cuando necesitamos alguien que nos haga sonreír.
Por eso, cuando muchas veces nos sentimos solos, sin nadie a nuestro lado, no es verdad. Siempre esta esa personilla que sabemos que no nos juzgará, nos ayudará a levantar esa cabeza abatida, a levantarnos los ánimos, a no dejar que nos rindamos, a no decir que no podemos conseguirlo.

La vida es como el ying y el yang. Cuando todo va mal y está todo oscuro nos encontramos en el ying, pero para salir de él tenemos que seguir ese rayo de luz, que nos lleva esa esperanza, que tiene que crecer en nosotros para así guiarnos hasta el yang, podernos aferrarnos a él, y ser feliz.




Núria

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