Soledad. Estoy sin nadie.
Miedo. No tengo protección.
Frío. Angustia. Terror. No siento nada más. Todo está demasiado vacío.
Me frustran todos los pensamientos que dan vueltas por mi cabeza y que no tienen respuesta ni solución.
Todo tan complicado y yo, preguntándome por ello.
Pienso y no sé lo que pienso. Tanto por lo que preocuparme y no sé qué es por lo que tengo que preocuparme primero.
¿Perdida? Un poco, pero no sin una solución a esto.
Cierro la ventana y bajo la persiana inundándome de toda la oscuridad que hay en la habitación. Sin ningún lugar en el que perderme. No hay nada. Cierro los ojos y dejo escapar todos los pensamientos que están turbándome mi mente.
No oigo nada y lo oigo todo.
Estoy sola y acompañada.
Y el miedo no existe dentro de una oscuridad que me protege.
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