Ella echa de menos esos momentos. Esos momentos envuelta de oscuridad que le llenan el mundo de belleza.
Añora estar sentada en una sala del cine con las luces apagadas y la pantalla reflejando imágenes aleatorias mientras está a su lado, cogiéndole fuerte la mano, respirando su colonia y sentirse apartada del mundo real, sentirse pertenecer a un mundo creado por ellos dos.
Recuerda esos instantes por la noche acurrucada entre sus brazos y sintiéndose querida, mientras el oscuro cuarto les protegía a los dos y los envolvía de calor y amor. Recuerda justo esos instantes en los que cerraba los ojos rendida por el sueño y cuando él le decía con voz suave "Te quiero" junto a delicado beso en la cabeza.
Ella sabe que nunca podrá olvidarse. Esas noches en las que él la iba a buscar a su casa y se iban los dos juntos con el coche a cualquier sitio. Se iban al parque, a la playa, a sentarse en un banco en medio de la calle, al medio de la montaña, al portal de un bloque de pisos, a tomar una taza de chocolate caliente en algún bar que encontrasen abierto... Ella recuerda estar en todos estos sitios, envuelta por la noche y iluminada por las estrellas repartidas por el oscuro cielo nocturno. Ella recuerda haber estado en todos estos sitios, de todas maneras, junto a él y no puede ver qué cosa más bella puede existir en este mundo.
Echa de menos esa bella oscuridad que los rodeaba y acogía, pero lo que más echa de menos es a él.