domingo, 27 de octubre de 2013

Predestinados a estar juntos

Su respiración entrecortada choca contra mi mejilla. La piel de gallina recubre todo mi cuerpo, me provoca escalofríos. Su mano me aprieta la cintura y me acerca más a él, haciéndome sentir su cuerpo en totalidad contra el mío. Sube la mano y me acaricia la cara con suavidad, con su pulgar roza mis labios y eso hace que se me escape un gemido. Él se ríe de forma suave y cortada que me llena de calor. ¿Cuál es su efecto en mí? Su roce me enloquece.
-¿Lo sientes?- Coge mi mano y la sube hasta su pecho haciéndome sentir los latidos de su corazón. Asiento mientras mi mirada sube hasta encontrarse con sus ojos. Unos preciosos ojos tan oscuros como la noche me paralizan y a la vez despiertan mi adormecido corazón.- Esto eres tú.
-¿Yo?-Hablo sin ser capaz de reconocer mi voz.
-Eres tú, porque este corazón no es mío. Te pertenece, te pertenezco.- Dice con su aterciopelada voz.- Por eso, por favor, no me dejes. No te vayas.-Me suplica con ojos humedecidos.
-¿Que no me vaya? ¿Adónde?-Contesto.
-Por favor, por favor. No me dejes solo, no te vayas otra vez.-Repite él.
Y, sin opción a volver a preguntarle se inclina hacia mí e inconscientemente cierro los ojos espectando lo que estaba por provenir. Noto que sus labios rozan los míos con plena suavidad, pero no puedo degustar más de ella.
Pipipipi pipipipi pipipipi....
Maldigo entre dientes el despertador y lo apago. ¿Qué ha sido eso? Aún tengo la piel de gallina y sigo notando la suavidad de sus labios junto los míos. Me siento acelerada y pongo mi mano en el pecho para calmarme, cosa que tiene efecto opuesto, pues noto mi corazón latir aún más rápido: tutum tutum tutum... Al igual que su corazón, al mismo ritmo: tutum tutum tutum...
Me levanto de la cama sintiéndome desorientada y por la ventana, que está medio abierta, junto con una oleada de viento, llega volando hasta mis pies un papel doblado por la mitad. Lo cojo y lo leo:

"Te has ido. Pero yo te seguiré esperando todos los días de mi vida, no solo porque te pertenezco, sino porque nos pertenecemos, el uno al otro. Estamos predestinados a estar juntos.
Siempre tuyo"

Núria

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